jueves, 6 de diciembre de 2012
the big Ojota.
Me gusta mucho esta historieta. Disfrué mucho este trabajo que hicimos en el taller de Zap, como siempre, va. Solo que esta vez nada más tuve que dibujar. Nada más y nada menos que un guión del gran Ojota.
http://loslaburosdeojota.blogspot.com.ar/
http://loslaburosdeojota.blogspot.com.ar/
En un abrazo.
Conozco todo lo que entra en
un abrazo. Conozco todo lo que conlleva la
alegría, la algarabía –la forma lo muestra-.
Un pueblo en andas, sobre los hombros,
participa
de ese abrazo a la distancia –a una distancia
inagotable-
y, sin
embargo, puede sentir el roce de una mano,
el peso de los que van llegando en patotas
desenfrenadas, la respiración agitada de
quien lo abraza.
Y la contracara gris. La contracara húmeda
del llanto
que no
es dicha, del llanto espasmódico con el que se
escapa el alma y un poco también, la vida. En
ese
abrazo, la mano temblorosa de la tristeza
intentará
herir
el pecho orgulloso de la exhaltación,
la cabeza nublada intentará golpear
el
brazo levantado del festejo.
Pero estarán muy
lejos
en ese abrazo en
donde,
de todos modos,
están
fundidos.
Tan lejos que la intención de consuelo sonará
vacía, que la
esperanza se percibirá
inasequible…
Tan lejos… Y esa herida
en el alma permanecerá
eternamente,
tan profunda,
tan abismal,
que bastará lo mínino
para que vuelva a sangrar.
Y la bronca deberá ser tragada…
Y la alegría inmensa.
viernes, 16 de noviembre de 2012
martes, 24 de julio de 2012
Pero lo quiero ya.
Seguro esta exageración no valga mucho para mañana. Pero en este momento me siento feliz de haberla exagerado.
Pocas veces sé, o tal vez, mejor dicho, pocas veces estoy seguro de lo que voy a dibujar cuando le muestro la cara a la hoja (vieja o nueva, como sea). Más bien me imagino en situación de penal inesperado. Un penal de partido de barrio. Así de importante, porque digamos que un penal de barrio vale mucho para mí.
Pocas veces sé.
Me mareo. La cabeza me empieza a pesar. Se hace más nueva. Me pican las piernas, o los brazos, o los pelos. Siempre algo me pica. Mis respiraciones se hacen oír. Y estoy convencido de que me vuelvo más débil... Así es como me comporto durante. No dejo que nada de lo que me quiere atrapar en esa mesa, me alcance. Y de a poco se empieza a ver. Por entre los hilos de tinta, se empieza a ver algo que me importa.
Yo sé que eso que voy a hacer aparecer me va a transformar por unas horas. Es maravilloso. Es exactamente una hermosa mancha en la hoja. Puedo ver lo que quiero y nadie me va a correr por eso. Pero no es un sentimiento o una sensación que haga que mi cabeza negra cambie. Y es por eso que lo disfruto más.
No pretendo hipnotizar a nadie. Mis manchas peinadas son bien feas para eso. Les importa vivir, como a mí. Estar en algún lado, reflejar, lo que yo quiera. Ese lugar que ocupan es mil veces mejor que cualquiera cosa. Lo que quieren es conversar, por eso deciden salir, desvelarse. Aunque todo esto a veces me haga doler.
martes, 29 de mayo de 2012
martes, 24 de enero de 2012
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